“A Lápide”. Texto
do Áudio de Luiz Carlos D. Formiga
O que se ouve no
fundo é uma síntese da trajetória da vida, após
o Sopro Divino.
Primeiro lugar em festival internacional, entre 400 países.
Prêmio promovido pela Câmara Municipal de Torres Vedras,
em Portugal.
O curta-metragem “A Lápide” é de Lucas Tannuri,
de São Paulo.
“Nascer, viver, morrer, renascer ainda, progredir sempre”
está inscrita na lápide do frances Allan Kardec.
As expressões artísticas ganham papel de destaque neste
terceiro milênio.
Despertando a sensibilidade e aprofundando o senso de contemplação,
traz como meta a materialização do belo, aprimorando
sentimentos e direcionando impulsos, para zonas superiores da vida
eterna.
Mobilizam as energias do bem e são capazes de conduzir ao autoconhecimento,
fazendo desabrochar a estética e a escala de valores.
A arte conduz à libertação, momento em que a
pessoa, o espírito, se torna autor e personagem de sua própria
história.
As Ciências Biomédicas dizem que as variações
sonoras são identificadas pelos lobos frontais, que se enriquecem
de neurotransmissores, que são fonte de prazer.
A glândula pituitária acorda o hipotálamo havendo
estímulo ao afeto, a tranquilidade. Há redução
do medo, da ansiedade e da fobia.
Ficam maximizadas as áreas medianas e laterais do córtex
pré-frontal aumentando a empatia.
Com Allan Kardec temos “o incentivo para que cada ser imortal
revele, diante dos homens, a luz que traz em si por Herança
Divina”.
Lo que se escucha de fondo es una síntesis de la trayectoria
de la vida, del Aliento Divino.
Primer lugar en un festival internacional, entre 400 países.
Premio promovido por el Ayuntamiento de Torres Vedras, en Portugal.
El cortometraje “La Lápida" es de Lucas Tannuri,
de São Paulo. “Nacer, vivir, morir, renacer y progresar:
tal es la ley” está inscrito en la lápida del
francés Allan Kardec.
Las expresiones artísticas han ganado un papel destacado en
este tercer milenio.Despertando la sensibilidad y profundizando el
sentido de la contemplación, tiene como meta la materialización
de lo bello, mejorando los sentimientos y dirigiendo los impulsos
hacia áreas superiores de la vida eterna.
Movilizan las energías del bien y son capaces de conducir al
autoconocimiento, hacer desplegar la estética y la escala de
valores. El arte conduce a la liberación, cuando la persona,
el espíritu, se convierte en autor y personaje de su propia
historia.
Las ciencias biomédicas dicen que las variaciones sonoras son
identificadas por los lóbulos frontales, que se enriquecen
con neurotransmisores, que son una fuente de placer. La glándula
pituitaria despierta el hipotálamo, estimulando el afecto,
la tranquilidad. Hay una reducción del miedo, la ansiedad y
la fobia. Las áreas medial y lateral de la corteza prefrontal
se maximizan, lo que aumenta la empatía.
Con Allan Kardec tenemos “el incentivo para que cada ser inmortal
revele, ante los hombres, la luz que él mismo trae a través
de la Herencia Divina”.