Everton
de Oliveira Maraldi
> El Caso del Medium "Chico Xavier": una interpretación
psicológica
INTRODUCCIÓN
Ningún otro caso de mediumnidad
en Brasil fue tan significativo y de tan amplia repercusión
como el de Francisco Cândido Xavier - o simplemente Chico Xavier.
Considerado popularmente como el más importante médium
brasilero, Xavier ha tenido una trayectoria de caridad y devoción
a la doctrina espiritista. En torno a él, se ha creado toda
una aura de mito y adoración. Autor de centenares de obras
psicografiadas (escritura automática), atribuídas a
famosos poetas y pensadores ya fallecidos, Xavier fue considerado
por muchos como un eminente paranormal. Su actuación en el
movimiento espírita brasileño es reconocida no sólo
a nivel nacional, sino también internacionalmente (Playfair,
2010).
Sin embargo, además de ser un representante del espiritismo,
Xavier fue una figura ampliamente carismática, sobretodo, por
llevar consuelo a muchas familias en luto, y por beneficiar a dolientes
y afligidos. Chico marcó no sólo la religiosidad, sino
también el imaginário del pueblo brasilero. Le han dedicado
varias películas exitosas, y su biografia aún hoy es
apreciada por el gran público. Cuando falleció, personas
de todo Brasil fueron a rendirle su homenaje, en una ceremonia cuya
magnitud, en otros países, sólo rinde a grandes autoridades
nacionales.
Es un tanto curioso, por otro lado, el hecho de que Chico, a pesar
de los impresionantes poderes mediúmnicos que muchos afirmaban
que era portador, no haber sido objeto de investigaciones científicas
y psicológicas más amplias y profundas. Cuando la investigadora
Magali Oliveira Fernandes (2008) intentó conocer mejor, no
a Chico, sino a la persona de Francisco Cândido, recibió
la justificada sugerencia que - por la avanzada edad y cansancio del
médium - se pusiera en contacto con la Federação
Espírita Brasileira, en Rio de Janeiro, para mayores informaciones.
Jamás Chico se sometió a ningún estudio psicológico
de su personalidad e historia de vida, a menos que se tenga noticia.
Una biografía detallada, como la que publicó el periodista
brasilero Marcel Souto Maior (2003), es ciertamente valiosa, pero
no se equipara a un verdadero análisis psicológico,
ya sea por sus objetivos, o por su forma de hacer investigación.
La mayor parte de la literatura disponible sobre Chico es de carácter
anecdótica. Si analizamos algunas de las principales bases
de datos científicas, nacionales e internacionales (WEB OF
KNOWLEDGE, JSTOR, SCIELO, BVS-PSI), se revela la escasez de artículos
y trabajos académicos publicados respecto a Chico. Los estudios
encontrados, cuando enfatizan su mediumnidad, no tratan a Chico como
un caso paranormal, sino más bien como una figura representativa
del espiritismo y de la religiosidad brasileña (Lewgoy, 2001;
Stoll, 2004). Incluso en la literatura parapsicológica, fueron
pocos los esfuerzos por llevar a cabo estudios sistemáticos
en torno del famoso médium cuando aun estaba con vida. Frente
a tales circunstancias, estamos obligados a recorrer únicamente
a investigaciones informales y a los estudios académicos disponibles
para formular nuestras propias conclusiones.
Pocos intentos de experimentos parapsicológicos fueron llevados
a cabo con Xavier (Arantes, 2002; Souto Maior, 2004), y el relato
que se tiene de éstos es bastante superficial y cuestionable.
Los controles experimentales empleados eran, en su mayoría,
débiles. Entre los muchos ejemplos, encontramos algunos intentos
de "poner a prueba" su conocimiento y su supuesta erudición
paranormal. Periodistas, médicos y otros intelectuales formulaban
preguntas al médium sobre temas científicos y de cultura
general, para que él respondiera bajo la supuesta inspiración
de los espíritus. Suponiendo que Xavier fuera un hombre humilde
y de poca educación (había dejado la escuela a los 13
años de edad), era incapaz de responder por si sólo,
y correctamente, a las preguntas complejas que le eran formuladas.
Aunque Xavier hubiera tenido buenos resultados, ese tipo de evidencia
apenas sería sugestiva e insuficiente para demostrar de forma
rigurosa un fenómeno anómalo, como la mediumnidad o
a psi. Incluso en uno de esos casos, el médium había
regresado a su casa y respondió, una hora después, a
una pregunta médica que le habían hecho antes (Arantes,
2002, p. 103).

Se han hecho pocos experimentos
parapsicológicos
con Xavier, y los controles experimentales empleados
eran débiles. Entre los muchos ejemplos, encontramos
algunos intentos de "poner a prueba" su conocimiento
y su supuesta erudición paranormal.
En sesiones espiritistas, Xavier acostumbraba a psicografiar cartas
de personas fallecidas, a pedido de sus familiares, las cuales contenían
informaciones específicas que el médium supuestamente
no podía saber de forma normal, incluyendo apellidos y otras
identificaciones relevantes. Se llevó a cabo un estudio a ese
respecto, tal vez uno de los únicos de carácter parcialmente
sistemático, que fue favorable a la veracidad del fenómeno
(Severino et al., 1990). Pero faltan informaciones más detalladas
sobre los parámetros utilizados para la obtención de
los datos. Se presentaron 45 casos en el libro, casi todos de la década
de los setenta, y investigados, en su mayoría, en la ciudad
de San Pablo.
Considerando los muchos años de práctica mediúmnica
de Xavier, se podría cuestionar si los casos en sí son
realmente representativos del total de mensajes psicografiados por
el médium a lo largo de su vida, o constituyen apenas una selección
sesgada de los mejores casos. Además, se percibe en el libro
un discurso claramente favorable hacia las creencias espíritas,
lo cual pudo haber afectado el análisis de los datos, llevando
a conclusiones apresuradas en base a poca evidencia. En muchos casos,
los autores se sustentaron en criterios exclusivamente subjetivos
cuando hubiera sido mejor recurrir a la evaluación de jueces
externos especializados, como en el momento de comparar las firmas
psicografiadas por Chico y las firmas originales de los fallecidos:
por lo general, eran los propios familiares quienes averiguaban y
atestiguaban su semejanza. Los documentos en los que aparecen estas
firmas existen, pero no aparecen en el libro. Otras críticas
pueden ser hechas, por ejemplo, en cuanto a la validez de los controles
experimentales empleados a la hipótesis alternativa (Visoni,
2012).
Hay indícios, por ejemplo, pero hasta ahora inconclusos, de
que una parte importante de las informaciones transmitidas por Xavier
habrían sido obtenidas mediante entrevistas realizadas con
los familiares de los fallecidos antes de la realización de
las psicografias. Algunas de estas entrevistas llegaban a durar hasta
10 minutos, y parte de las familias sólo recibía los
mensajes después de una visita al centro (Severino et al.,
1990). Un perito que analizó posteriormente las psicografias
de uno de los casos estudiados, observó una fuerte identificación
entre la firma original y la firma psicografiada, aunque también
aparecían elementos de la escritura misma de Xavier (Perandréa,
1991).
Alexandre Caroli Rocha (2001, 2008) parece haber
conseguido demostrar, en dos estudios bien conducidos, que el talento
del médium para escribir no se debía a mero pastiche
(1) para
llamar la atención a ciertas similitudes observadas entre sus
psicografias y el estilo literario de los autores con quienes el médium
decía intermediar. Pero hay quien cuestiona, en parte, las
supuestas habilidades psíquicas de Chico.
Nos limitaremos aquí a algunas de las conclusiones etnográficas
presentadas por Fernandes (2008), quien aporta una serie de indicaciones
de que, al contrario de la imagen pública, Xavier era un hombre
muy estudioso e inteligente y, por lo tanto, capaz, en muchos aspectos,
de elaborar por si sólo gran parte de las producciones que
se atribuyen a espíritus. Cuando consultó a uno de los
vendedores de libros usados que Chico frecuentaba, Fernandes descubrió
que entre las preferencias de lectura del medium estaban "aforismos,
pensamientos, biografías, antologías… De su más
reciente adquisición en la librería, recordó
una obra en francés de George Sand, cuyo título no le
venía a la memoria para decírmelo" (p. 21).
Un amigo de Chico, también medium, relató que "Chico,
a diferencia de él, era un hombre culto" (p. 23). La biblioteca
del medium, cuando vivía en Pedro Leopoldo, tenía alrededor
de "cuatrocientos volúmenes" (p. 59), incluyendo
almanaques, libros de historia, literatura y revistas en lenguas extranjeras.
Chico mismo admitió que "siempre tuve una inclinación
a la literatura; constantemente, la mejor buena voluntad me animaba
a estudiar" (p. 145). Aunque en la escuela había aprendido
algunos conceptos elementales de ciencia, "es cierto que en casa,
siempre estudiaba lo que podía" (p. 146). Además
de los libros que a la larga conseguía, el médium gustaba
de confeccionar cuadernos con collages de recortes de periódicos
y revistas. En un viejo diario encontrado por el investigador, reunió
"unos 200 nombres, entre ellos periodistas, poetas, escritores
[...] artistas e ilustradores [...], tanto brasileños como
también de otras nacionalidades: franceses, alemanes, portugueses,
ingleses, etc." (p. 151). En efecto, antes de iniciarse como
médium, Chico ya había publicado sus poemas en periódicos
de la época (Rocha, 2001; Souto Maior, 2003).
En sesiones espiritistas, Xavier
acostumbraba a psicografiar cartas de personas fallecidas, a pedido
de sus familiares, las cuales contenían informaciones específicas
que el médium supuestamente no podía saber de forma
normal, incluyendo apellidos y otras identificaciones relevantes.
Otra evidencia en oposición a la presunta paranormalidad de
Chico proviene de una serie de analogías que se encontraron
en textos producidos por él, y libros de diferentes autores,
algunos de éstos posiblemente conocidos por Xavier, sugiriendo,
en consecuencia, la posibilidad de un plagio (consciente o inconsciente).
En algunos casos, partes de obras de escritores religiosos y no religiosos,
como Ernst Renan, Léon Denis, George Vale Owen y hasta el mismo
Fritz Kahn, aparecían apenas ligeramente retocados, en libros
que Chico decía haber recibido de los espíritus. No
nos será posible resumir aqui toda la evidencia disponible
en este sentido, pero tales paralelos fueron discutidos en detalle
por Visoni (2012), y merecen la atención de los críticos.
Los espiritistas no ven en estas evidencias un obstáculo a
la autenticidad de los fenómenos, dado que toda manifestación
mediúmnica está sujeta a cierto "animismo",
esto es, una mezcla de informaciones provenientes de los muertos mezclado
con contenidos del propio psiquismo del médium (Souto Maior,
2004). No obstante, parece ser más simple explicar estas evidencias
en términos psicológicos que recurrir a especulaciones
metafísicas de difícil demostración científica.
Con todo, si Xavier eventualmente obtenía informaciones de
modo anómalo, la supervivencia después de la muerte
puede no ser la mejor hipótesis (véase Zangari, Maraldi
& Machado, 2010, para una discusión de la literatura sobre
psi y la supervivencia).
No esperamos que esta revisión de algunas pocas evidencias
sea suficiente para menospreciar una posible explicación paranormal
de la mediumnidad de Chico, pero servirá al menos como un incentivo
para más estudios, y como ejemplo preliminar de que muchas
habilidades consideradas coherentes con la hipótesis de que
la supervivencia después de la muerte pueda ser mejor explicada
debido a talentos y capacidades del propio médium.
Ejemplos de este tipo no
son pocos. La vasta literatura psicológica sobre los fenómenos
disociativos y los estados alterados de consciencia pone de relieve
que, bajo determinadas condiciones, algunas personas pueden presentar
capacidades latentes que sobrepasan su habitual nivel de productividad
(Braude, 2002; Flournoy, 1900/2008; Myers, 1903/2001). En esos momentos,
hay una tendencia a producir o realizar cosas que se considera que
el individuo en su estado normal de consciencia es incapaz de hacer,
pudiendo ocurrir, entonces, la emergencia de talentos y otras facultades
antes desconocidas (o incluso un aumento de capacidades desarrolladas).
Se especula que la irrupción de tales contenidos, en estado
latente, sería una expresión de aspectos de la propia
vida inconsciente (o subliminal) del individuo, sin acceso previo
como resultado de diversos eventos biográficos y determinaciones
familiares, sociales, etc. Siendo así, es bien posible que
un médium psicógrafo, en estado de transe, reproduzca
firmas o imite estilos de autores ya fallecidos con gran fluidez,
teniendo a su favor sus propias capacidades mnémicas, así
como ciertas tendencias disociativas, aunque sinceramente no lo haga
de modo premeditado. ¿No sería el caso de Chico explicable,
hasta cierto punto, desde esta misma perspectiva?
En general, los argumentos para explicar en términos psicológicos
los motivos que llevaron a Xavier a convertirse en médium son
superficiales. Muchos se limitan a hablar de su mediumnidad como una
"misión" espiritual, y relacionan sus largos años
de dedicación al prójimo, su condición de vida
siempre humilde, y su persistente rechazo a admitir la autoría
de sus escritos mediúmnicos, como evidencia de que su mediumnidad
era completamente desinteresada, y que para él no había
otra opción a no ser permanecer en el camino que el "mundo
espiritual" le había trazado. Incluso sustrayendo de estos
argumentos su carácter religioso, éstos son válidos
solamente porque desconocemos las motivaciones más íntimas,
y a veces inconscientes, que conducen a un individuo a seguir una
determinada trayectoria de vida. Como desconocemos, muchas veces,
las razones más profundas que nos llevan a escoger una profesión,
casarnos, o adquirir una determinada mercadería, tal vez los
argumentos antes mencionados están lejos de resultar las principales
razones de Chico a convertirse en médium.
Es cierto que -como ya no vive- lo único que podemos hacer
es especular en torno a la evidencia. Teniendo en cuenta la imagen
idealizada creada en torno a la figura de Chico, a lo largo de sus
muchos años de vida e incluso después de su muerte,
nos arriesgamos mucho a basarnos en un estereotipo más que
a la persona de Xavier. Pero esto no quiere decir que nuestra tarea
sea imposible, inválida o ineficaz. Entender lo que le pasó
a Chico Xavier es no sólo comprenderlo, sino también
comprender a la cultura brasileña. Y diría más:
siendo hoy un medium de fama internacional, su mediumnidad representa
también una cuestión científica de orden internacional.
Comprender su mediumnidad es, al mismo tiempo, echar luz a un verdadero
enigma psicológico y social.
En este artículo, me gustaría presentar una interpretación
psicológica del caso de Chico Xavier. No hace falta decir que
mis afirmaciones aquí no agotarán un tema tan amplio.
En efecto, podría presentar muchos otros datos interesantes,
aparte de lo que voy a presentar, pero el espacio no me lo permite.
No me propongo aquí establecer un diagnóstico sobre
Chico. No es mi intención entender, por ahora, en qué
categoría psicopatológica aplica. Simplemente quiero
compartir mis ideas sobre la etiología de las experiencias
psíquicas de Chico. Creo que ésta es una tarea más
fructífera, ya que las categorías diagnósticas
pueden variar mucho en función del manual al que se hace referencia,
el momento histórico, el contexto cultural y las predilecciones
teóricas de cada evaluador. Como psicólogo social, no
me siento inclinado a ofrecer interpretaciones psicopatológicas
para ciertos fenómenos psicosociales, aunque no sea posible
negar su posibilidad.
Como no existe ningún análisis sin algún marco
teórico previo, debo aclarar que mis suposiciones se basan
en trabajos anteriores, incluyendo mi tesis doctoral (Maraldi, 2011,
2012). Me voy a referir a estas obras si es necesario, a lo largo
del texto.
Relación con la Figura Materna
Sin dudas, hay que comenzar con la relación de Chico con su
madre. Algunos podrían decir que se trata de un hábito
propio de los psicólogos buscar relaciones con las figuras
parentales en la infancia, las raíces de los conflictos y los
atributos personales de un individuo. En este caso, este hábito
ha producido resultados interesantes para el estudio, y hay razones
para continuar con el análisis de esta manera.
Comienzo con la afirmación de que muy probablemente, la primera
"entidad" de Chico fue su propia madre. Y esto no es una
mera especulación, sino una hipótesis sugerida por los
amigos de la familia del propio medium:
"Los
amigos de la familia Xavier [...] arriesgaban una explicación
de las alucinaciones de Chico: la muerte de su madre cuando él
tenía cinco años. Maria João de Deus se había
ido demasiado pronto, y cuando se fue, se fue de la casa de un niño
herido"
(Souto Maior, 2003, p. 22).
Aunque
se diga que Chico había tenido experiencias supuestamente mediúmnicas
antes de ese evento (Souto Maior, 2003), no se puede negar que la
muerte de su madre ha sido un factor decisivo en sus manifestaciones
posteriores, sobre todo por su carácter recurrente e intensidad.
Es probable que sin esta pérdida traumática, mucho de
lo que ocurrió más tarde en su vida no se hubiera producido
o se hubiera producido de manera muy diferente. Pero lo más
importante, desde el punto de vista psicológico, es que María
le había confirmado a Chico que no iba a morir, de hecho, incluso
le prometió al niño que iba a retornar: "Si alguien
te habla de morir, es mentira. No le creas. Voy a estar tranquila,
durmiendo. Y regresaré" (Souto Maior, 2003, p. 23).
Los esfuerzos por traer de vuelta a los que murieron son parte del
intento de recuperar el objeto perdido, a las que se refiere Bowlby
(2004) en relación al proceso de luto. En un niño pobre
de cinco años, en pleno desarrollo del pensamiento mágico
infantil, lo que confirma su madre podría haber ejercido un
efecto muy realista y duradero. Su relación de amor y de gran
apego con ella convierte la aceptación de su muerte en un golpe
duro, demasiado doloroso de aceptar. Quizás estaba aquí
el origen de una idea que ha predispuesto a Chico a aceptar las creencias
espiritistas, abandonando el catolicismo (cuya doctrina era desfavorable
a sus visiones de espíritus) ¿No será también
una de las principales características del espiritismo como
religión: la elaboración afectiva de los que se fueron?
El carácter religioso de Chico, habría encontrado en
su madre, desde muy temprano, la principal fuente de inspiración.
Fue con ella que Chico aprendió a rezar el Padrenuestro (Souto
Maior, 2003, p. 23). Poco después de esta dolorosa pérdida,
ganan fuerza las visiones y las experiencias inusuales que asombraron
a Chico toda su vida, posiblemente incrementando su predisposición
a tales experiencias. Claramente hay un vínculo causal entre
ambos eventos. El deseo de tener a su madre nuevamente a su lado pudo
haber aumentado, incluso por los constantes abusos que sufrió
por parte de su madrina. Esto último lo exponía a situaciones
embarazosas, y las formas de abuso físico pudo haber ayudado
a socavar su autoestima, estimulando alguna forma de disociación,
como una defensa a causa de los abusos sufridos. Lo más importante
son las visiones de su madre en este proceso. Aquí encontramos,
una vez más, una estrecha relación entre acontecimientos
traumáticos y alucinaciones: "Cada vez que soportó
los golpes en silencio, pacientemente, veia a su madre. [...] Chico
tragaba su llanto y se refugiaba en el patio a escuchar los consejos
de su madre" (Souto Maior, 2003, p. 24).
Vemos, pues, que la demanda de la figura materna representa una reacción
psicológica al estrés y a la amenaza constante. Solo
y desamparado, el niño simplemente no tenía a quien
recurrir para aliviar su sufrimiento, excepto a su propia madre muerta.
Por más simple que sea la explicación, es bastante comprensible
y aplicable a la situación de un niño traumatizado y
rechazado -como Chico, en aquella ocasión. Varios estudios
indican, de hecho, que existe una correlación entre las experiencias
disociativas, el trauma infantil, la tendencia a la fantasía
y la creencia paranormal (Irwin, 1992, 1994, Lawrence et al., 1995).
Xavier se enfrentaba a una fuerza mucho mayor de un adulto contra
el que poco o nada podía hacer. Su padre, por su parte, fue
una figura ausente y (tal vez) intencionalmente omitida, dada la complicidad
entre las familias (la madrina había accedido a hacerse cargo
de Chico para que João pueda trabajar). Esta misma pasividad
e impotencia ante el peligro quizá haya sido la causa de las
tendencias autopunitivas posteriores, siempre justificado en nombre
de la causa religiosa, y más tarde personificado en la figura
ambivalente de Emmanuel.

Su relación de amor y gran
apego con su madre
convierte la aceptación de su muerte en un golpe duro.
Quizás esta idea ha predispuesto a Chico a aceptar
las creencias espiritistas, abandonando el catolicismo.
Pero el pensamiento mágico e infantil juega otro papel importante,
esta vez en el episodio de la herida en la pierna de un primo (Souto
Maior, 2003). Su madrina lo había obligado a lamer la pierna
de su primo, bajo el pretexto de un efecto curativo involucrado en
dicha práctica. Como bien observa Marcel Souto: "El niño
no lo sabía, pero pasaría la vida lamiendo las heridas
de los demás." La conexión que veo en este episodio
paradigmático, entre el sacrificio personal y la misión
de sanar a otros, es una de las raíces de la devoción
a la caridad de Chico. Con la asombrosa mejora del "paciente",
por primera vez, la madrina lo elogió. Ayudar a los demás
se convirtió, de este modo, en una forma de lograr el respeto
y la aprobación de los demás, incluso de aquella que
más lo amenazaba.
Una última palabra sobre la relación de Chico con su
madre. Vimos cómo murió, cómo su muerte lo traumatizó,
y como Chico parecía identificarse con su madre, al punto de
tomarla como su primer guía espiritual. Chico, hasta donde
sabemos, no tuvo novias en su juventud, mucho menos sexo. Sigmund
Freud considera que la identificación con la figura de la madre
es un factor importante en la elección de amor de un individuo.
Como vimos antes, Chico gustaba, en su juventud, coleccionar recortes
de periódicos y revistas, sobretodo imágenes de figuras
femeninas. Años más tarde, Chico fue perseguido por
una alucinación en la que veía a tres mujeres desnudas
en la ducha que se enjabonaban: "Se reían, jugaban al
agua entre si y se acercaban al muchacho con ojos seductores."
El medium "cerró los ojos, rezó, y cuando los abrió,
estaba solo de nuevo en el cuarto de baño, listo para su ducha"
(Souto Maior, 2003, p. 108). ¿Habría sido una fuerte
identificación de Xavier con su madre un impedimento para el
desarrollo de su vida sexual, permitiendo sólo fantasías
platónicas con mujeres, y un desarrollo excesivo y compensatorio
de la religiosidad?
Talento,
autoestima y disociación
Chico acostumbraba a definir su estado físico y mental durante
las sesiones espíritas en términos muy similares a un
estado disociativo. Sentía un fuerte impulso en su mano derecha,
como si alguien la condujese. Al inicio de su actividad como medium,
sufrió una presión en la cabeza, así como el
peso y la rigidez del brazo derecho. Con la práctica de la
mediumnidad, estos síntomas después disminuyeron. Chico
también podría tener el texto dictado a él bajo
la forma de alucinaciones auditivas, o ver imágenes en su mente
cuando el texto aparecía espontáneamente. Relataba incluso
una sensación de "fluido eléctrico" del brazo
(quizá, un hormigueo), y la pérdida de otras sensaciones
corporales, como si quedara sin cuerpo (Xavier, 1994; Souto Maior,
2004). Vemos que estas experiencias alucinatorias y disociativas,
aunque pudiesen acompañar al medium en otras circunstancias
fuera del trabajo mediúmnico, parecen estar directamente relacionadas
con la producción de textos literarios y religiosos. ¿Pero
porqué Xavier, que era tan talentoso e interesado en la literatura
y la poesía, no podía producirlos sin manifestar los
síntomas antes descritos, asumiendo su autoría? Se excluye
por el momento, una explicación paranormal a tener en cuenta
a estas experiencias? Un primer indicio la ofrece el propio médium:
[...]
Mi padre era completamente contrario a mi vocación a las
letras y a menudo tuve el disgusto de ver mis libros y revistas
quemadas. [...] Mi familia no me animaba, como de hecho no puede,
a mi deseo de estudiar [...] Mi entorno, por lo tanto, siempre fue
ajeno a la literatura; un entorno de pobreza, de malestar, penosos
deberes, sobrecargado de trabajo para llevar el pan de cada día,
donde no se puede pensar en las letras" (Xavier, 2004, p. 16).
Chico
estuvo expuesto a varias experiencias de rechazo, humillación
y abuso a lo largo de su vida, que poco a poco fueron minando su autoestima,
como se mencionó antes, perpetrada por su padre y su propia
familia. Su situación social, junto con tales experiencias
no podía tener un efecto menos represivo y limitante en sus
capacidades y talentos personales.
En mi estudio con los mediums (Maraldi, 2011), me di cuenta cuán
molestos y vergonzosos para algunos médiums son las diferencias
de educación. La educación represiva a que fueron sometidos
algunos de mis entrevistados también era notable, ya que frustra
ciertas aspiraciones y deseos, impidiendo posiblemente el desarrollo
de su potencial. Tengo razones para creer que muchas de las carencias
y dificultades de aprendizaje y adaptación de mis encuestados
encuentran en el centro espiritista un espacio para desenvolverse
a través de actividades creativas y artísticas allí
realizadas, bajo la supuesta inspiración de los espíritus.
Era como si el grupo espírita actuara como una segunda escuela
en esos momentos, cumpliendo la función de llenar los vacíos
en el proceso educativo -un proceso interrumpido o alterado en la
infancia o la adolescencia.
La mayoría de los encuestados también habían
pasado por experiencias de rechazo afectivo e indiferencia en su infancia,
que parecen haber dejado marcas en su autoconfianza. Sin el estímulo,
apoyo y reconocimiento necesarios para garantizar la continuidad de
sus estudios o la dedicación a otras actividades creativas
y productivas, estas personas se han alejado de su potencial, considerados
ahora como extraños o impulsivos -como en la "agonía"
y en la "compulsión" que relataban para escribir
o pintar durante las sesiones. Desarrollé un modelo explicativo
preliminar de la relación entre la autoestima/autoconcepto,
los fenómenos disociativos y la creencia en lo paranormal en
la pintura mediúmnica y la escritura automática (Maraldi,
2011, 2012) que puede ser interesante para explicar el caso de Chico
Xavier.
Otro caso curioso de ejemplo y no menos importante se refiere al famoso
medium Augustin Lesage. Cuando, por ejemplo, tuvo su primera experiencia
"mediúmnica", se dió bajo la forma de una
voz que oía mientras trabajaba, y que le presagiaba que algún
un día se convertiría en un gran pintor (Victor, 1998).
En esa época, Lesage era simplemente un minero, y conscientemente
no albergaba la esperanza de tener una carrera totalmente diferente,
como la pintura; se mostró incluso muy asustado por su experiencia.
Se puede hipotetizar que el arte de Lesage era tan inconsciente y
reprimido por las desfavorables condiciones socioeconómicas
y la mentalidad limitada de un hombre simple, incapaz de afirmarse
más allá de la ardua labor a que estaba sometido o de
vislumbrar nuevas posibilidades de vida, y que la única manera
de proporcionar estos contenidos a la conciencia sería a través
de una alucinación auditiva. Nada de desconocido tiene este
fenómeno, desde el punto de vista psicológico, ya que
muchos enfermos mentales literalmente afirman escuchar sus propios
pensamientos, o incluso voces extrañas que, desde la mirada
atenta del psicólogo, pronto revelan conflictos inconscientes
relacionados con el inicio y el mantenimiento posterior de un marco
psicopatológico. No estamos diciendo que Chico o Lesage eran
invariablemente poseedores de alguna psicopatología, pero sus
potenciales, en función de una represión impuesta por
el medio ambiente, encuentra luz sólo bajo la forma de alucinaciones
y automatismos.
La posterior inclusión y participación en las sesiones
de espiritismo podría proporcionar material complementario
a sus experiencias, avivando aún más la interpretación
paranormal, cuando, en principio, tal vez sólo representan
la irrupción del contenido latente. La relativa "autonomía"
de estos eventos y su independencia parcial frente a las capacidades
volitivas del individuo también sirven como sustrato "empírico"
de la creencia paranormal, en la medida en que parecen expresar de
manera concreta y sensible a la persona que tales contenidos no le
pertenecen (o no pertenecen a su personalidad consciente) y por lo
tanto no debe ser suyo. Aunque esta hipótesis no explica la
actividad creativa en sí misma, nos ayuda, sin embargo, a entender
su irrupción y posterior asimilación por un esquema
interpretativo religioso determinado.
Alguien podría decir que los supuestos automatismos y disociación
son sólo artificios utilizados por los mediums para protegerse
cómodamente de la crítica, a afirmarse a sí mismos
como inconscientes o al menos incapaces de controlar el fenómeno.
Aunque la hipótesis de simulación no se descarta por
completo, y es, hasta cierto punto compatible con otros datos recogidos
en este estudio (como prueba de la baja autoestima), sin embargo,
es una explicación muy limitada y genérica, ya que se
puede asumir que todo es prácticamente una simulación,
una tendencia típica, de los que desconocen de psicología.
Evidencias neurofisiológicas también parecen contrariar,
en parte, esta interpretación (véase, por ejemplo, Peres
et al, 2012). En el estudio de Hageman, Krippner y Wicramasekera (2011)
incluyendo mediums brasileños, hubo un aumento de la tensión
muscular y las ondas cerebrales durante el trance, que eran incompatible
o paradójicas con el relato del propio individuo, que demuestra
una disociación entre la percepción consciente del cuerpo
y las reacciones fisiológicas. La disociación es una
hipótesis consistente con las experiencias de Chico, y es muy
posible que -como en otros casos- los límites entre la simulación
y la experiencia disociativa en sí sean mucho más variables
y complejos de lo que se cree. Hay fuertes razones psicológicas
para la hipótesis de disociación.
Chico, como sabemos, siempre temía la vanidad y el orgullo,
y amenizaba cuanto le era posible los elogios que le hacían,
inferiorizándose. Siguiendo la represión familiar y
social que había devastado su infancia, su guía espiritual
Emmanuel no escatimó duras penas y severidad con el medium.
Emmanuel era, en cierto modo, el padre que le había faltado,
pero ahora se colocaba delante de él como una autoridad rígida,
fruto de la internalización de castigos y sufrimientos, lo
que los psicoanalistas llaman "Super-yo". Muy probablemente,
por la biografía de Chico, su excesiva humildad era resultado
de la culpa y el sacrificio que se imponía. En su caso, la
culpabilidad, junto con la represión de sus talentos y su autoestima,
pudo haber dado lugar a la activación de la psicografía
como fenómeno compulsivo y disociativo (tal vez en base a una
predisposición anterior, quiza de base biológica). Incapaz
de asumir sus ambiciones y responsabilidades, Chico nunca reclamó
la autoría de sus obras mediúmnicas. Protegido por el
ideal de la humildad y la benevolencia que le había garantizado
el reconocimiento y el afecto de los demás, negados desde la
infancia, Chico fue incapaz de seguir un camino independiente, permaneciendo
entonces como un "instrumento de los espíritus".
Hubo una ocasión en que Chico, estando desempleado, tuvo la
oportunidad de seguir una carrera como escritor, a pedido de algunos
periodistas. Sin embargo, la condición que le impusieron fue
que abandonase la mediumnidad y asumiera públicamente la autoría
de sus producciones. Coaccionado por Emmanuel, Xavier finalmente renunció
a tal oportunidad, y retornó a la pobreza, para disgusto de
su padre (Souto Maior, 2003). Por lo tanto, parece que Emmanuel cumplió
la función de mantener los mecanismos psicológicos de
defensa y la estructura identitaria de Chico Xavier.
La relación con Emmanuel
El argumento de que Chico presentaba tendencias masoquistas que se
manifiestan sobretodo en la figura de Emmanuel parece requerir más
pruebas. Parece que la propia función de Emmanuel era justamente
transmutar la agresividad que estaba dirigida hacia los demás,
hacia el propio Chico. Es cierto que Xavier tenía conductas
marcadamente pasivas ante las ofensas ajenas, lo que minimiza los
efectos de las críticas a través de eufemismos y una
actitud siempre benévola y resignada (Lewgoy, 2001). Parece
extraño, sin embargo, que un individuo pueda tolerar tales
castigos y ataques constantes de otros sin mostrar ningún signo
de impaciencia o ira. Sería incluso algo esperado y saludable.
Se sabe, por ejemplo, de la existencia de una conexión entre
el estilo de coping (afrontamiento) represivo y ciertas enfermedades
físicas, como los trastornos cardiovasculares (Westen, 1998).
Los factores psicosociales desencadenantes de la somatización
son muy variados, y van desde experiencias infantiles traumáticas
-también común en los trastornos disociativos y conversivos-
a factores de estrés relacionados con determinadas condiciones
socioeconómicas, como la pobreza o la exposición a la
violencia (Tófoli, Andrade & Strong, 2011).
¿Sería tal vez Emmanuel
una condensación de varias personalidades, o servir como sustituto
de la figura paterna para representar el lado fuerte, agresivo y seguro
de sí mismo de Xavier, una vez disociado de su personalidad
consciente?
Una vez más, nos encontramos ante la imposibilidad de ofrecer
una imagen completa del caso debido a la falta de información
confiable y una mezcla de esta información con los estereotipos
creados alrededor del personaje. Sin embargo, hubo muchos momentos
difíciles en su vida, donde se ha enfrentado a una gran tensión
y preocupaciones derivadas de la conciliación entre la vida
personal y el trabajo como médium. Aquí vemos más
abiertamente los contenidos de un individuo que previamente se mantuvieron
velados en función de la adaptación a las actividades
cotidianas. En una de esas ocasiones, cuando regresaba del trabajo,
se había visto, en medio de la carretera con una legión
de 600 criaturas descontroladas armadas con palos que lo iban a atacar
a los gritos (Souto Maior, 2003, p. 107). Los atacantes ya estaban
a cinco pasos de distancia y sin señal de Emmanuel, su guía
protector. Chico le pidió perdón a Dios, y se preparó
para la paliza. De repente, los espíritus comenzaron a desaparecer
(Souto Maior, 2003).
Antes de analizar esta escena, observemos que sólo el procedimiento
adoptado por Chico para apaciguar sus visiones era la oración
-el equivalente a la represión (más bien, la oración
sería una forma de suprimir los pensamiento molesto). Cuando
oramos en tal situación, el objetivo es hacer desaparecer la
amenaza con alguna solución mágica. No se enfrenta el
problema: sólo se huye en busca de una protección y
auxilio de un poder superior. Está claro que la oración
no siempre tiene esta función, pero ¿podía ser
otra la que aparece en el ejemplo mencionado? ¿Cómo
se explicarían, psicológicamente, estas visiones aterradoras?
Aunque Chico, como cualquiera, pudiese sentir su agresividad, ésta
estaba reprimida por la intervención persecutoria de Emmanuel.
Por lo tanto, actuó como un gran censor, siempre dispuesto
a denunciar y socavar las reacciones naturales ante el estrés
de Chico:
Chico siempre se sintió bajo
constante vigilancia. [...] Emmanuel podía atraparlo en el
acto, en cualquier momento. Y entraba en escena frustrado cuando
su protegido utilizaba palabras inconvenientes, hablaba con tono
duro o mostraba signos de agresividad e impaciencia (Souto Maior,
2003, p. 108).
Chico luego fue gradualmente aprendiendo
a controlar y reprimir sus emociones en favor de la imagen del santo
que Emmanuel quería construir. Antes de constituir una característica
"natural" de Chico, que siempre fue elogiada por todos,
la calidad de santo resultó un trabajo duro hacia la abolición
de casi todos estos comportamientos violentos considerados moralmente
inapropiados. Eso no podía ocurrir, sin embargo, sin consecuencias.
Chico creía, por ejemplo, que todos los malos pensamientos
podían volver contra nosotros. Desde el punto de vista espírita,
esta explicación parece ser muy apropiada. Sin embargo, en
términos psicológicos, parece más lógico
pensar que la agresión dirigida hacia los demás generan
culpa, y la culpa va a volver a él como "el poder de un
pensamiento que nace del odio", como martirizarse por haber ofendido
o simplemente haber llamado la atención de alguien. Mientras
que algunas personas reaccionan pacíficamente después
de una reprimenda dirigida a los demás, algunas personas no
pueden soportar el hecho de haber lastimado a alguien. La agresividad
no direccionada tiende a retrotraerse contra el individuo. Sus visiones
aterradoras, quizás estaban directamente relacionadas con su
agresividad latente: "Las apariciones lo amenazaban de muerte,
espíritus encapuchados invadían su habitación
[...] y se ponían a su lado. No siempre su guía estaba
cerca" (p. 82).
Chico no podía ni luchar ni huir. Tenía que limitar
el uso de eufemismos y palabras benévolas, como si nada estuviese
pasando. Y aunque se dijese "protegido", podemos ver en
los episodios antes mencionados, que su mentor parecía molestarse
poco por estos ataques, y rara vez hacía algo en su favor.
Por mucho que los espiritistas religiosos puedan ver una prueba por
la que Chico tenía que pasar, no hay como no ver el comportamiento
de un guía casi perverso para con su "protegido".
Esta pasividad frente al peligro se extendería también
a otras áreas de la vida del médium. Sus amigos siempre
se quejaban: "Chico, todo el mundo te quiere ordenar!" (Souto
Maior, 2003, p 111).
Había momentos en que Emmanuel cumplía una función
claramente protectora. Fueron esos momentos en que Chico, al verse
criticado por los escépticos -que insistían en señalar
los errores gramaticales y mala información científica
de sus psicografías- recurría a la ayuda de Emmanuel,
que ofrecía a continuación explicaciones y justificaciones
a sus opositores, en base a sus creencias espiritistas, o daba instrucciones
a Xavier acerca de cómo proceder. ¿Sería tal
vez Emmanuel una personificación de diversas tendencias y condensaciones
de personalidad, incluyendo la función de servir como sustituto
de la figura paterna, o quizá representar el lado fuerte, agresivo
y seguro de sí mismo de Xavier, una vez disociado de su personalidad
consciente?
CONCLUSIÓN
Para terminar, me gustaría
aclarar que, contrariamente a lo que algunos sugieren, el análisis
psicológico no devalúa al médium, sino que humaniza
la comprensión del fenómeno mediúmnico. La contribución
social y asistencial de Xavier es innegable, pero también es
importante decir que, a diferencia de la imagen idealizada que se
construyó, Xavier no está libre, al igual que cualquier
otra persona, de ambigüedades y contradicciones, que sólo
un análisis psicológico echará luz. Debemos tenerlo
en cuenta, si queremos estudiar científicamente éste
u otros casos similares. En ningún momento negué que
Xavier efectivamente pueda presentar habilidades paranormales, aunque
debo admitir que considero insuficiente la evidencia disponible, incluso
para tal demostración. Por otra parte, este análisis
no pretende convencer a nadie, y creo que con un poco de esfuerzo,
los religiosos espiritistas no tendrán ninguna dificultad en
conciliar mi posición con sus propias perspectivas. También
espero ser capaz de ver el caso desde un punto de vista más
crítico. Me gustaría que este trabajo de alguna manera
pueda ayudar a dilucidar un caso importante en la historia de la mediumnidad.
AGRADECIMIENTOS
El autor agradece a la FAPESP (Fundação
de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo), la beca
de investigación concedida. Agradezco a las siguientes personas
por sus comentarios y sugerencias: Alexandre Rocha Caroli, Maria de
Fátima Fernandes, Moizes Montalbán, Riccioppo Guilherme
Rodrigues, Gustavo Henrique de Purificación, Julio Siqueira,
Cruvinel Vital, Vitor Moura Visoni y Wellington Zangari.
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Livro de Registro dos Trabalhos Apresentados. Curitiba, PR.
(1) Técnica utilizada en literatura y otras artes consistente
en imitar abiertamente diversos textos, estilos o autores y combinarlos,
de forma que dé la impresión de ser una creación
independiente. El término procede del italiano pasticcio, y se
refería a las imitaciones de obras pictóricas tan bien
hechas que podían pasar por auténticas (N. del T.).
Everton de Oliveira Maraldi
* Psicólogo graduado por la Universidad de Guarulhos, en San
Pablo, Brasil. Posee una maestría en Psicología Social
por la Universidad de San Pablo (USP), y cursa actualmente, en la USP,
el doctorado en Psicología Social. Es miembro de Inter Psi -
Laboratorio de Psicologia Anomalística y Procesos Psicosociales
de la USP, Parapsychological Association (Estados Unidos), y Society
for Psychical Research (Londres). Está interesado predominantemente
en la investigación de experiencias disociativas, creencia paranormal,
mediumnidad, y psicología social de la religión.
Fonte:
http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/e-boletin%20psi_vol.8_no.1_enero_2013.htm#tit03
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de Oliveira Maraldi:
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El Caso del Medium "Chico Xavier": una interpretación
psicológica
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do espírito: usos e sentidos das crenças e experiências
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Dissociação, Crença e Identidade: Uma Perspectiva
Psicossocial
Everton de Oliveira Maraldi e Wellington Zangari
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Funções projetivas e terapêuticas das práticas
dissociativas em contexto religioso
> Psicologia
da Mediunidade: do intrapsíquico ao psicossocial
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Indivual and Group Dialectics in the study of mediumship: a psychosocial perspective
Everton de Oliveira Maraldi e Stanley Krippner
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A Biopsychosocial Approach to Creative Dissociation: Remarks on
a Case of Mediumistic Painting
Everton de Oliveira Maraldi; Wellington Zangari;
Fátima Regina Machado; Leonardo Breno Martins
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